Más Que Cole

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lunes, 14 de marzo de 2016

La Madonna de las calles

Se acerca el mes de mayo, el mes de las flores a María y el mes por excelencia de las comuniones.
Casi todos conservamos algún recuerdo guardado o escondido, algún detalle que nos hace sonreír cuando volvemos atrás la vista al día de nuestra Primera Comunión.
Algunos recordaran el traje que llevaban, otros los nervios, alguna anécdota de la celebración, otros aquel regalo que tanto esperaban aunque fuera sólo en forma de un simple balón.
Yo recuerdo los papeles de periódico que mi madre nos puso a mi hermana y a mi para rizar las puntas del pelo la noche anterior. Recuerdo que al moverse aquello eran incomodo y un poco ruidoso, pero eso sí, ¡se nos quedo un pelo precioso!.
No olvidad que en "Más que cole" podéis encontrar camisones para las niñas (aunque no es necesario ponerles papelitos en el pelo) y ropa interior para "acompañar" los nervios y la alegría de vuestros hij@s en este día.

También casi todos guardamos algún recordatorio de nuestra Comunión. Los recordatorios siguen ahí a pesar de lo mucho que se han transformado las Comuniones. Antes eran días muy familiares, con poquita gente, de la iglesia a tomar algo en la casa del comulgante y poco más. No habían payasos, ni magos, ni bolas, ni enormes tarta de chuches, ni regalitos para los invitados, ni listas de comunión, ni grandes celebraciones.
Pero a pesar de los cambios la ilusión de los niños sigue estando presente y eso no debe perderse.

Uno de los recordatorios de mi Comunión llevaba la imagen de la famosa "Madonnina". Esa dulce Virgencita es una de las favoritas de mi madre, y a ella va dedicada esta entrada de hoy.

Hoy os voy a contar una historia. Una historia preciosa escondida durante muchos años detrás de este cuadro.

Angelina Cian y Antonio Bovo eran una jovencísima pareja que se casaron en Venecia y que en 1906 emigraron a Estados Unidos.
Tuvieron 10 hijos y cuando Angelina enviudó el menor de sus hijos solo contaba 6 meses. Sola, sin apenas dominar el idioma y lejos de su familia intentó sacar adelante a su familia. Pero las numerosas dificultades hicieron mella en esta mujer que sufrió una terrible crisis nerviosa por la que fue ingresada en un hospital psiquiátrico, en el que permaneció en el resto de su vida, y donde murió en 1972 a los 85 años de edad.
Los cuatro hijos más pequeños fueron ingresados en un orfanato y algunos repartidos por familias adoptivas. Uno de ellos era María, de 8 años de edad, que permaneció en un orfanato católico y donde sintió la llamada a consagrar su vida a Dios. Tras ingresar en la Orden de San José de Carondelet adoptó en nombre de Sor Ángela Marie.
Interesada por conocer algo sobre sus orígenes, Sor Ángela marchó a Venecia donde no paró hasta localizar a dos hermanas de su madre: Elisa y Giulia. Esta última aún vivía en la casa donde se habían criado los 14 hermanos de la familia Cian.
La tía Giulia descolgó un cuadro de la pared con la famosa imagen de la "Madonnina" y se lo mostró a Sor Ängela diciendo "esta es tu madre". Ella le contestó "sí, ya lo se", pensando que se refería a la Virgen María. Pero la tía insistió "no, no, esta es tu verdadera madre". Y entonces le contaron la historia de tan enternecedor cuadro.

En 1896, en los alrededores de la región de Padua, un joven artista, Roberto Ferruzzi, vio a una joven campesina, Angelina Cian, que con tan solo 11 años cuidaba de su hermanito. Ferruzzi quedó impresionado por la belleza y el candor de la escena y le preguntó a la niña si podía dibujar su retrato. Ella accedió  y posó para él dando origen a la famosa pintura.
Ferruzzi no tenía intención de hacer un cuadro de la Virgen, pero como la niña parecía una pequeña Madonna lo llamó la Madonnina.
Cuando Angelina llegó a casa le contó su pequeña aventura a su madre pero esta le pidió que lo guardara en secreto, ya que no se veía bien que una joven posara para un artista.
Angelina mantuvo su palabra y se llevó su secreto a la tumba 74 años después.

La pintura se exhibió y ganó la Segunda Bienal de Venecia de 1897. Tras la exposición se pierde el rastro del original que ha llegado hasta nuestros días por medio de cientos de réplicas.
A medida que obtuvo fama mundial se le llamó cariñosamente "La Madonna de las calles".

Bonita historia ¿verdad?. Una muestra más de que detrás de toda imagen, siempre, siempre hay una historia interesante por conocer.

¡Feliz inicio de semana!

     













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