Más Que Cole

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miércoles, 6 de septiembre de 2017

Vuelta al cole en "Más que cole"


Buenas tardes y buen septiembre a tod@s.

De vuelta a la rutina, a las carreras matutinas y, como no, al cole. Aunque los anuncios de la tele nos han recordado desde julio, y hasta hartarnos, que a la vuelta de la esquina estaba el regreso a las aulas, la aplastante realidad ya he llegado, hemos vuelto la esquina y estamos ya, de nuevo, en clase, estrenado libros, carteras, lapices y, por supuesto uniformes. 

Las libretas están nuevecitas, los lápices con punta afilada, los estuches llenos de lapiceros de todos los colores y las gomas Milan deseando ser estrenadas. Las mamis han forrado con esmero los libros, han puesto el nombre a las carteras y se han dado cuenta, gracias a Dios, que los niños han dado un estirón veraniego y que los babis, pantalones y camisetas "han encogido" o nuestros niños crecido, que es más seguro.

Los hay también que empiezan a dar sus primeros pasitos en eso del cole y con apenas 2 o 3 añitos comienzan a andar una larga senda que viven con igual temor tanto padres como niños. 
No son fáciles los inicios, os lo decimos esas más veteranas que vemos como aquellos, que eran pequeñines hasta hace dos telediarios, inician nuevas andaduras y los mandamos a la universidad sin bolsita para el bocadillo ni babi pero con la misma sensación de nudo en el estómago porque, en el fondo, siguen siendo nuestros "chiquitines" que vuelan cada vez más lejos de casa.

Los comienzos producen temores, algo de ansiedad y mucho de ilusión. Con está formula, tan voluble como etérea, nos lanzamos a una nueva aventura deseando que el nuevo curso haga de nuestros niñ@s , desde los pequeñines todavía con chupete a los grandotes que son tiernos corderitos en un mundo de adultos, personas sanas y buena gente que adquieran bases fuertes para ser esos adultos que en el futuro cambien lo que nosotros no hemos conseguido enmendar.

Aprenderán mates, lengua, science (ya no ciencias), uno o dos idiomas, a ser deportistas e incluso algún prometedor artista. 
Cada mañana les colgaremos su mochila llena de conocimientos, sus zapatos para correr veloces y un beso en la mejilla para no olvidar que se les quiere a pesar de que no se les de bien esta o aquella asignatura, de que lleven más de una nota recriminatoria de la profe en la agenda o de que sus ojos estén todavía pegados por el sueño, a pesar de haberles repetido un millón de veces que hay que irse pronto a la cama. Son nuestros niñ@s y los queremos con el pack completo.

Un nuevo curso comienza y ellos crecerán, en todos los sentidos, durante este año, y nosotr@s, aunque ya no entren a las aulas cogidos de nuestra mano, estaremos ahí para animarlos, motivarlos y recordarles que el esfuerzo tiene su recompensa.

Desde "Más que cole" ánimo a todos y feliz curso.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Que bello es vivir II


A veces creemos conocer a las personas simplemente por lo que nuestros sentidos reconocen.
Primero juzgamos por el exterior, por el físico. Decimos que alguien es antipático o simpático por la forma de su nariz, por sus ojos, por la manera que tiene de vestir o de peinarse. Por supuesto si es guapo/a, si tiene un cuerpo envidiable o viste con estilo, eso acumula puntos. Si a esto se le añade nuestra impresión a la hora de hablar o expresarse, si tiene don de gentes o derrocha gracia al hablar, nuestro juicio sobre esa persona estará prácticamente formado.
Pero ¿cuántas veces nos hemos equivocado al juzgar a alguien por lo que vemos u oímos? Muchas.
A veces la gente que más encantadora parecía de cara a la galería ha resultado luego ser un autentico fiasco como ser humano.
Hay personas que saben disponer su escaparate de manera tan atractiva que atrae a la gente por su brillos y sus luces, por sus aparentes colores y sus neones. pero luego cuando accedemos a su interior descubrimos oscuridad, egoísmo y vanidad y entonces es cuando vemos la autentica verdad, solo merecía la pena el envoltorio.
Pero sin embargo otras veces pasamos junto a personas que caminan a nuestro lado casi a diario, que no serán tan vistosas, ni tan sociables, ni tan alegres, ni tan carismáticas pero que son seres humanos extraordinarios.
El silencio de algunas personas esconde una vida interior rica.
La seriedad, una timidez que nos indica que esa persona no se cree ni mejor ni superior que nadie.
Preferir poner en los labios una sonrisa antes que una risa escandalosa o una carcajada nos hace pensar que esa persona sabe valorar todo lo bueno en su justa medida y sabe que la vida es un sabio equilibrio entre lo bueno y lo malo.
El mundo está lleno de gente derrochadora, pero hay muy poca gente generosa.
El mundo está lleno de gente guapa, pero carece de gente con corazones hermosos.
El mundo esta lleno de gente que domina varios idiomas, pero que pocos dominan el lenguaje del corazón.
El mundo está lleno de gente con miles de relaciones superficiales, pero apenas encontramos valientes que abran su corazón a los demás.
El mundo está lleno de gente que se cree afortunada por tener aparentes amigos, pero muy pocos comprenden el valor incalculable de un gracias o un por favor.

Hoy queremos recordaros la importancia de conocer el interior de las personas, que a veces las apariencias engañan y que, a veces, de quién menos esperamos surgen las sorpresas más hermosas.

Aquí os de dejamos una bonita historia para que sigamos siendo optimistas y algunos de los conjuntos de ropa interior que podéis encontrar en "Más que cole" para que no olvidéis nunca que la belleza está SIEMPRE en el interior.

Un saludo desde "Más que cole"

http://www.eldiario.es/clm/anciana-herencia-jovenes-pueblo-formarse_0_352765238.html









martes, 12 de julio de 2016

Para los incondicionales de nuestra vida


Hagamos una pequeña pausa entre uniforme y uniforme. Dediquemos un tiempo a una pequeña reflexión.

No me gusta recomendar libros. Soy una autentica "viciosa de la lectura" y para mi un libro es un compañero de viaje fiel.
Y no me gusta recomendarlos precisamente por ese motivo. Los compañeros varían según la ocasión. A veces los buscamos para reír ( o también a veces para llorar).
Otras para evadirnos del día a día.
Otras para que nos enseñen o nos aclaren aquello que nos resulta desconocido o  incomprensible.
Otras para relajarnos y encontrar la paz y el silencio.
Todo depende del momento o de nuestro estado de ánimo. Así igual sucede con los libros, ellos deben ser "elegidos" en el momento que necesitamos que entren en nuestras vidas.

Dicho esto os comento que he terminado la lectura de un libro cuyo argumento me ha llegado a lo más profundo.
Habla de los lazos que establecemos con las personas que queremos, con aquellos que son imprescindibles en nuestras vidas, con aquellos que consideramos familia aunque no nos unan vínculos de sangre.
Aquellos que nos acompañan en el proceso de madurar, de crecer.
Aquellos que están ahí, incondicionalmente, en nuestros días bajos, en las caídas.
Aquellos que conocen nuestro "lado oscuro" y aún así nos quieren a rabiar.
Los que tienen una sonrisa siempre para nosotros y la palabra adecuada en el momento justo.

Las miradas que cuentan cosas.
Los silencios que hablan.
Los abrazos que calman.
Los roces que dan calor.
Las sonrisas que apoyan.

Y también del dolor, del vacío, de la impotencia que se siente cuando, irremediablemente, vemos apagarse a esos seres maravillosos y únicos que iluminan nuestra vida.
Cuando luchar y no rendirse no es siempre suficiente.
Cuando las despedidas no se pueden aplazar porque la vida decide parar su reloj.

De aquellos momentos en que contener las lágrimas es lo único que podemos hacer por aquel al que vemos alejarse. Y también del momento en que llorar es la única vía de escape.
De la enfermedad, de la muerte, de la soledad, del desgarro...pero también de la vida.

¡VIVIR, VIVIR, VIVIR!
Por nosotros, por los que quedan, por los que se han ido.

Aprovechar los momentos, disfrutar de los abrazos, sonreír aunque duela, exprimir cada minuto, luchar por cumplir los deseos, agradecer todos los días que la vida nos de una nueva oportunidad para amar, perdonar, ser felices y disfrutar de los que queremos.

No tener miedo a construir lazos, a sentir, a emocionarnos, a entregarnos a los demás aún sabiendo que estamos de paso, que las perdidas son parte de la vida.

Construir historias, hilar recuerdos, tejer momentos.

Y tener presente que no somos imprescindibles pero que debemos luchar por ser inolvidables...
"Recordar es fácil para quien tiene memoria.
Olvidar es difícil para quien tiene corazón" (Gabriel Garcia Marquez)

PD: "Más que cole" dedica esta entrada a esas personas a las que no nos unen lazos de sangre pero que son irremediablemente parte de nuestro corazón. Con todo nuestro cariño.