Más Que Cole

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miércoles, 27 de abril de 2016

La buena de Maléfica

Hoy en día nada es como antes. Nuestros hijos y nietos crecen en un mundo disparatadamente distinto al que vivimos nosotros.

Los juegos son diferentes, carentes muchas veces de esa puertecita que había que cruzar de la mano de la imaginación y que nos abría la mente a mundos fantásticos donde nuestra mente disfrutaba con la simpleza de ser sencillamente niñ@s.
Los programas infantiles brillan por su ausencia, son sustituidos por horribles dibujos de violencia, palabras malsonantes y moralejas francamente dudosas.
Apenas se disfruta al aire libre, hasta los todopoderosos balones están perdiendo fuelle frente a la "aparente diversión" que parecen ofrecer las numerosas maquinitas que han hecho que los niños tengas los deditos más rápidos que los de Billy el Niño.

Incluso nuestras cándidas y tiernas princesitas Disney han dado paso a princesas guerreras y valientes que ya no necesitan príncipes azules que las salven de los peligros del mundo. En "Mirror mirror" nuestra adorable Blancanieves se convierte en una audaz ladrona junto con los 7 enanitos. En "Por siempre jamás" Cenicienta le suelta un puñetazo en la cara a su horrorosa hermanastra que la tumba en el suelo (quien de nosotras no hemos pensado que se merecía eso y más, ¡pero de ahí a hacerlo!).
Y en "Málefica" resulta que esa horrible hada a quien todas temíamos resulta ser más buena que el pan y que el malo es el que creíamos que era un abnegado y tierno padre de la princesa Aurora. ¡Ay Dios qué nos lo han cambiado todo!

Sí, todo ha cambiado.
Ahora también somos más prácticos y nos movemos con mayor rapidez.
A la hora de celebrar los cumples o comuniones de los niños optamos por listas de regalos en algunos grandes almacenes. Allí solo tenemos que elegir el regalo real o ficticio (porque muchas veces es solo su equivalente en dinero lo que vale), pagarlo y olvidarnos del asunto. Ni lo vemos  (suponemos que estará bien), ni lo entregamos (para eso están los días de reparto del comercio en cuestión).

Ya no dedicamos tiempo a pensar lo que le gustará, a elegir color o modelo, a envolverlo con mimo y sobre todo, y lo más importante, nos perdemos el momento de abrir el regalo.
Ese es un momento genial, cuando hablamos de niños. Ese es el momento en que las caras se iluminan y sobran los papeles (si, ya se, tanto mimo en la envoltura para romperlo, no mejor, destrozarla en 2 micro segundos, pero reconocer que merece la pena)

El sábado estuve en la comunión de la hija de unos amigos. No habían regalos, la susodicha lista había cumplido a la perfección su papel pero yo, que soy un poco clásica y toda una abanderada de nuestro "Más que cole", le regalé una preciosa y enorme caja-regalo de las que preparamos.
Una caja personalizada con gorra y camiseta con su nombre, pantaloncitos cortos, diademas, coleteros, corona de flores preservadas, mochila con cartera y llavero haciendo juego y unas deportivas tuneadas.
Yo también recibí mi regalo, y mucho mejor que el que yo le hacía a ella, ver su cara de asombro y su sonrisa. Todas las amigas señalaban lo que les gustaba más y deseaban quitarle el papel celofán.
Esa emoción no hay lista de comunión que pueda mejorarla.

Así que os aconsejo, barriendo para casa a parte, que siempre que las prisas os den tregua intentéis dar los regalos en persona y que sean originales y todo lo personales que podáis porque el efecto es asombroso.

No hace falta que os recuerde que estamos a vuestra entera disposición para escucharos y preparar con detenimiento y cariño ese regalo que queréis que sea especial e inolvidable y que os pagaran con una enorme cara de felicidad.

Feliz noche

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/05/actualidad/1438798630_683481.html







martes, 8 de marzo de 2016

Hoy NO es el día de la mujer trabajadora

No, hoy no es el día de la mujer trabajadora.
Hoy es el día de los millones de mujeres en el mundo que saben que las cosas importantes de la vida CUESTAN TRABAJO, y que a pesar de ello luchan, se esfuerzan y ponen muchísimo amor para que el mundo, y cada uno de los pequeños mundos en que nos desenvolvemos, sean mejores, más alegres, justos y llenos de amor.

Hoy es el día no sólo de las mujeres que trabajan por un salario, hoy es el día de las mujeres, de todas las edades, que saliendo de su área de confort hacen que todo a su alrededor sea más fácil y más sencillo, aunque CUESTE TRABAJO.

Porque cuesta trabajo ser la voz de la sensatez en mitad de la locura, y ser cálida en mitad del frío, y reposo en mitad del cansancio y calma en mitad de la tormenta y consuelo en mitad del dolor y fuerte en mitad de la enfermedad.

Y cuesta quitarte de una misma y privarte de mucho para ayudar un poco, y ser abuela, madre, hija, compañera y amiga sin perderte a ti misma en el intento.

Y sacar una casa adelante con un suelo indigno, o sin sueldo, y poner un plato de comida, calor, esperanza y una caricia.

Y cuesta trabajo mantener la esperanza cuando los hijos sufren, y animar a todos, y ser positiva a pesar del miedo y tener siempre una sonrisa aunque el sol se esconda.

Y tirar para adelante aunque no puedas más y convertir tu casa en un hogar en mitad de un infierno.

Y saber los gustos, temores, ansias y esperanzas de todos los tuyos para que encuentren en ti siempre un puerto seguro.

Y cuesta trabajo caer, levantarse y volver a la lucha porque debe ser el ejemplo y el espejo donde se miren los tuyos.

Y cuesta aprender y enseñar que cambiar el mundo no debe ser una utopía.

Y cuesta trabajo ver envejecer a los padres y convertirte en un poco madre de ellos, y cuesta que un día los hijos se alejen y soltarles de la mano, animarles a volar solos y curarles las heridas en sus caídas.

Y cuesta trabajo reinventarse, adaptarse, amoldarse, fusionarse, separarse, reencontrarse en las múltiples etapas de la vida.

Por todo ello y por ello hoy es el día de todas las maravillosas mujeres que sonríen, lloran, luchan, esperan, sueñan, desean y aman cada uno de los días de su vida, aunque muchas veces CUESTE TRABAJO.

Felicidades a todas.