Hoy es el día de la salud por excelencia. Que nos toque la lotería es tarea difícil.
En el telediario veremos a los afortunados, nos alegrara si toca a gente necesitada y tendremos, porque somos humanos, un poco de sana envidia, "el año que viene" nos diremos y continuaremos nuestra rutina diaria sin brindar con champán ni salir a la calle a saltar de alegría. Pero lo cierto y verdad es que deberíamos hacerlo.
Si vemos hoy, o cualquier otro día, a alguien especialmente feliz pensamos "a este le ha debido de tocar la lotería". Cuantas veces decimos aquello de "eso cuando me toque la lotería". Y nos ha tocado a muchos, a nosotras y posiblemente a ti que nos lees en este momento.
Es cierto que la lotería que nos ha tocado no lleva un número impreso, ni siquiera much@s de nosotr@s podemos decir eso de "por lo menos tenemos salud" porque el que no tiene una cosa tiene otra y la o las pastillitas para empezar el día ya no nos la quita nadie. Pero no es esa lotería la importante.
Habréis visto ese anuncio de la tele que dice "la felicidad se mide en sillas" y ¡qué verdad es!. Pasado mañana nos sentaremos a cenar como una Nochebuena más y haremos los canapés como un año más y pondremos el turrón en las mismas bandejas, como un año más. La abuela nos dirá eso que nos repite año tras año "esta es mi última Navidad". Los niños gritarán atacados porque están de vacaciones, fuera de su horario nocturno y nerviosos por los posibles regalos que puedan tener al día siguiente.
El Rey nos hablará mientras hacemos las gambas a la plancha. Alguno andará empachado de las cenas, recenas y aperitivos de empresa, incluso por esa última copita tomada al mediodía amparada en "venga una más que es Nochebuena" y bendeciremos la mesa para dar las gracias por estar juntos un año más.
Porque estamos, mejor o peor, más jóvenes o más viejos, con más o menos arrugas, con algún achaque más o mejor de lo que estábamos el año pasado por estas fechas, pero estamos.
Tenemos un hogar, una cena preparada con ilusión, y lo de menos es si hay pavo o pollo, langosta o foi gras, cava o vino de tetrabrik, lo importante es sentirnos queridos y arropados por los que tenemos a nuestro alrededor, por la familia.
Ahí fuera, y aquí dentro, la cosa está mal, muy mal. Miremos donde miremos hay niños sufriendo hambre, enfermedades y malos tratos, niños sin infancia, sin familia. así que si los nuestros ríen, chillan y no se están quietos en la silla ¡Bendito sea Dios! es señal de que están sanos, felices y contentos. Nos ha tocado la lotería.
Si los más mayores están sin energías y más decaídos de los normal porque la vejez es así y es excelente señal llegar a ella, nos ha tocado la lotería, porque hay ancianos sin familia, sin recursos, solos y desamparados después de una vida entera de trabajo y sufrimiento. Llenemos a nuestros mayores de muchos besos para recordarles que no están solos y que los queremos.
Y si en el trabajo los problemas se suceden, ¡ nos ha tocado también la lotería! , cuantos desempleados y gente viviendo en el umbral de la pobreza hay en nuestro país y fuera de nuestras fronteras.
Y si estamos gord@s porque desde que empezó diciembre llevamos picoteando de todos los dulces que caen en nuestro radio de acción, ¡también nos ha tocado la lotería!, cuántos no tienen nada que llevarse a la boca.
Y si está Nochebuena tenemos que poner muchas sillas alrededor de nuestra mesa e incluso si alguna está este año vacía, nos ha tocado la lotería. Las ocupadas estarán llenas de aquellos que amamos y que son el motivo de nuestra felicidad y las vacías nos hacen recordar a aquellos que están lejos pero que están presentes o a aquellos que siempre estarán vivos en nuestro corazón y que tuvimos la enorme fortuna de amar y disfrutar.
Estamos aquí un año más, una Navidad más y nosotras conocemos la importancia de ese "MÁS" , lo llevamos en nuestro nombre.
Ese más es el premio gordo de la lotería, el segundo, el tercero y todas las pedreas juntas. Ese más son ese "faltan sillas" que nos llenan de alegría, de familia y de buenos amigos. De esas personas que están ahí no en lo bueno, eso es fácil, sino en lo regular y en lo muy malo.
Ese más son los padres que siguen con nosotros, los hijos que se hacen mayores y los herman@s que comparten nuestro camino.
Ese más son las cuatro paredes de nuestra casa que protegen nuestro valioso hogar, a los que están dentro, a los que dan calor a nuestras vidas.
Ese más son los villancicos, las risas, el compartir y, por una vez al año, desear lo mejor a todos.
Ese más es saber que ESE de ahí arriba sigue confiando en nosotros,¡ y mira que lo estamos haciendo mal pero cuánto nos debe querer!, y nace un año más.
Y ese más es confiar en que algún día llegará la paz a todos los rincones de la tierra y todos los seres humanos saldremos a la calle a saltar y brindar de alegría porque, por fin, a todos nos ha tocado la lotería.
Desde "Más que cole" os deseamos una Feliz Navidad y daros las gracias por seguir confiando en nosotr@s UN AÑO MÁS.