Más Que Cole

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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Noviembre es de estío la puerta del frío


Nos encontramos ya sumergidos en el mes de noviembre. Normalmente este mes lo relacionamos con las castañas, las hojas marrones cayendo de los árboles, los días más cortos y la sensación de que el invierno llama imperiosamente a la puerta y que el sol se vuelve más tímido y esquivo. 
Aunque este año tarda más de la cuenta en hacerse notar el frío es inevitable que llegue, que empecemos a cubrirnos y abrigarnos y que los colores pierdan su brillo dejando paso a gamas más sobrias.

Pero noviembre, ese mes a caballo entre los últimos vestigios de calor y el frío invernal, tiene su propia personalidad. 
Por ejemplo, ¿sabías que en Japón y algunos países de Oriente se le llama el "Mes de la Calidad" y de acuerdo con una tradición, la piedra de noviembre es el citrino y el topacio,  y su flor, el crisantemo?

Entre los países que tienen grandes fiestas en este mes destaca México. El primero de Noviembre es  el "Día de todos los muertos", una festividad que los mexicanos la festejan con alegría y es el momento en donde los vivos recuerdan a los que han fallecido. 

Es el mes de la "Semana de los  Piratas" en las Islas Caimán. La fiesta evoca con sus bailes y disfraces,  a los tiempos en los que los piratas tenían su escondite en este paradisíaco lugar, con invasión pirata llegada desde el mar incluido a bordo de dos galeones antiguos, cuyos tripulantes capturan al Gobernador, y esconde el tesoro en la isla.

El 19 de este mes es el "Día internacional del hombre" que, aunque pocos lo saben, también existe.

En noviembre también en la pequeña ciudad de Mirano, ubicada a pocos kilómetros de Venecia, se lleva a cabo una manifestación popular bastante divertida y pintoresca el  "Juego de la Oca" que se juega en la plaza central de la ciudad. Las 63 casillas (de largo 2 metros y de alto 80 centímetros) recorren el óvalo central, llegando a medir el tablero 130 metros de longitud. Estas casillas representan lugares característicos y costumbres de la tradición popular de la ciudad.
Toda la manifestación se ambienta en el pasado, reconstruyendo una fiesta de campo con los trajes y las escenografías relativas a la Italia de un siglo atrás.

Y más cosas aún tiene este mes. Se conmemoran dos fechas importantes: el 9 la caída del muro de Berlín y el 11 la firma de la armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial.

Como veis es un lleno de vida y color a pesar de que cuando pensamos en él evocamos todo lo contrario, así que en "Más que Cole" nos hemos propuesto cambiar esto y llenar nuestra tienda de variedad, alegría y colorido.

¿Qué no te lo crees? Pasa a vernos y te lo demostramos.

Como muestra un botón. 😉






domingo, 20 de octubre de 2019

La integridad ( y la ilusión) viste uniforme





Una vez más quiero aprovechar la posibilidad que me ofrece este blog para hablaros de algo muy mio. 
Hoy quiero, tengo que hablar de ellos, de mis chicos, de mis hombres, de mis muchachos (y también de las increíbles mujeres, aunque solo tuve el honor de conocer a un par de ellas) de la UIP.

Se, que esto que voy a escribir no se hará viral ni correrá por las redes como la pólvora (ojalá fuera así por ellos, se lo merecen) pero no soy una influencer que hable del último modelo de pantalón que hace tipazo ni comparto la última moda entre los jóvenes que es ya tendencia, no, no soy nada de eso, solo soy una mujer entre miles que hace lo único que puede, que sabe hacer, para rendirles un merecido homenaje.

Esta semana toda España ha estado pendiente de Cataluña, sí, así con "ñ" porque su Catalunya no la tiene, con lo bonita y espaÑola que es esta letra (quizás ahí está el problema), que la contienen palabras como "añorar, cariño, acompañar, soñar, enseñar, extrañar, niñez" y que un rebaÑo de salvajes solo la han utilizado para hacernos evocar otras como "daño, leña, puño, añicos, cañero o saña". Mi intención no es hablar de independentismos ni nacionalismos, de eso ya se ocupan otros hasta la saciedad (y lo que te rondaré morena), ni siquiera de ese campo de batalla en que se han convertido las ciudades catalanas, especialmente Barcelona, durante está larguísima semana. 
Mi intención, mi único objetivo, con este texto es hablar de esos seres humanos que hemos visto, desgraciadamente hasta la saciedad, en las imágenes de estos días. Esos que visten de oscuro, pertrechados con casco, escudo y armas de disuasión. Esos que habitan bajo un uniforme y un chaleco anti traumas. Esos que forman la Unidad de Intervención Policial.

Los que me conocéis sabéis la adoración que siento por esta Unidad y ¿por qué? Os lo explico.
Durante meses trabajé para ellos, era camarera de piso en el hotel donde se hospedaban durante su servicio en las vías de Murcia. Hasta entonces poco o nada sabía de la UIP, no conocía su cometido exacto ni cuales eran sus competencias, ni siquiera sabía lo que significaban esas siglas.
Ahora se mucho sobre ellos, lo aprendí durante días y días de convivencia y conversaciones en donde se fue trabando una sincera amistad que sigo manteniendo a día de hoy con alguno de ellos a pesar de la distancia.

Ahora se que se tienen que mover donde sea, el tiempo que sea y hacer planes es una utopía para ellos.

Ahora se que se levantan siempre cargados de pilas y con una sonrisa y unos buenos días en la boca aunque el día ofrezca negros nubarrones.

Ahora se lo mucho que extrañan a sus familias cuando están lejos durante días y lo sé porque los veía cada mañana móvil en mano, cayendoseles  la baba, hablando con sus peques antes de ir al cole porque necesitan ver todos los días sus caritas y escuchar sus hablares balbuceantes. 

Ahora se que el día antes de regresar a casa es fiesta nacional para ellos. Sus habitaciones están llenas de regalos y sus caras irradian felicidad.

Ahora se que malcomen porque las dietas no dan para mucho y que muchos estómagos están tocados de comer tantos días fuera de casa y conformarse con picar algo en la habitación del hotel.

Ahora se que hacen de una habitación de escasos metros un hogar, donde conviven con un compañero adaptándose, amoldándose y respetando el uno el espacio del otro, renunciando a ratos de soledad y egoísmos. Compartir y tolerar, ese es su secreto.

Ahora se que son cariñosos "a capazos" (como se dice en mi tierra) y lo sé porque cuando llegaban de trabajar, por muy difícil y cansado que hubiera sido el día, me sonreían, preguntaba como me había ido el día y me daban un abrazo para agradecer mi trabajo como si este fuera el más importante del mundo, como si hubiera estado dirigiendo los destinos de un país en lugar de haber estado cambiando sábanas, limpiando baños y fregando suelos.

Ahora se que estaba perdida cuando los conocí, que sí, que también habían disturbios en mi interior que ellos, como hacen siempre, como han hecho ahora, apaciguaron haciéndome sentir valiosa y querida y apartando de mi vida la falta de autoestima.

Ahora se que iban y venían, remplazando un grupo a otro, y que cada vez que se alejaban me dejaban el alma partida y que cuando regresaban el sol brillaba más. Que me convirtieron en mejor persona, más alegre, más servicial, más valiente y por eso los quiero, por todo lo que cambiaron en mí a base de sonrisas y tiempo para escuchar lo que les contaba, por muy insignificante o tontorrón que fuera.

Ahora se que me robaron el corazón cuando esos hombres duros, que habéis visto aguantando insultos, pedradas, golpes, porque su trabajo es ese y lo cumplen con extremada profesionalidad, me hicieron un pasillo y entre aplausos me agradecieron los pequeños detalles que había tenido con ellos. ¡A mi, qué no soy nada! pero que me convirtieron en reina con su cariño.

Por eso estos días mi corazón está sufriendo. Esos hombres que veis en la tele tienen nombre y apellido y yo conozco a alguno de ellos.
Hablo con ellos a diario, me dicen que están bien, muy cansados, faltos de sueño y contusionados pero que están donde deben estar y que hacen su trabajo con entereza y sin desfallecer. 

Cada piedra que les tiran me duele a mi. Debajo de esos uniformes puede estar mi "chico cantarín" que alegraba el pasillo con sus cánticos y su eterna sonrisa. O mis malagueños con sus bicis y su alegría contagiosa. O el papá de la pequeña y adorable Isabella, que me saludaba a través de la pantalla del móvil de su papi,  o de Indira, o de Marco, o de Korina. O mi "no tan chico" escritor talentoso y una de las personas más entrañables que conozco. O mis chicos que dedicaron un ratito a enseñarle su furgoneta a mi sobrino Pablete con un cariño y una delicadeza increíbles. O mi albaceteño con sus tomates debajo del brazo para comer, o mi chico que preparaba el desayuno calentando avena con vainilla e inundaba el hotel de olor a hogar, o ...habría tanto que contar.

La madrugada del sábado a eso de las 4, cuando por fin pudieron irse a echarse un rato al hotel, recibí un whatsapp de uno de ellos diciéndome que habían herido a los dos compañeros que tenía a su lado en uno de los muchísimos y deplorables altercados de Barcelona, uno de ellos estaba muy grave. Mi "chico de los patines", el chico más bueno y atento que he conocido, aquel que una mañana se disculpaba apurado porque había tirado agua con limón y no sabía si me iba a costar quitar la mancha del suelo, un amigo ante todo que conservo como un tesoro y que había sido apedreado como un perro. Lloré de rabia, de impotencia. Lloré por alguien a quien quiero mucho. 

Porque no se trata de convertirlos en héroes, se trata de humanizarlos. De verlos como personas de carne y hueso que sufren si se les insulta, que les duele si se les maltrata y que a pesar de todo ahí están, los primeros, inquebrantables, sólidos como una roca que protegen a los más indefensos del temporal. Ellos que han bajado a los infiernos de la mezquindad y la ruindad humana y que aún así creen en las personas y que estas merecen ser cuidadas y protegidas. Esa es su grandeza, su espíritu admirable de servicio.

Hace un par de días uno de ellos me decía que mucho peor que lo que estaban pasando hubiera sido no estar ahí cuando se les necesitaba. Os entiendo. Yo, desde mi insignificancia, me siento inútil por no estar ahí con vosotros dejando chuches sobre la almohadas para endulzaros el día. O alguna toalla  de más por si la necesitarais. O dejando cajas de klinex para aliviar los constipados, o poner mandarinas para que toméis vitamina C, o una silla de respaldo alto para que no duela la espalda, o buscar almohadas bajas, altas e intermedias para que descanséis mejor... o dejaros cartas en los casilleros de las llaves para recordaros que sois increíbles y que no os olvido.

Os transcribo un trocito del libro que escribí por ellos y para ellos. Es lo que siento. Estos son los hombres de la UIP:

"Me quedo con todos, todos distintos, todos únicos, todos especiales. Mil vidas que viviera, mil veces que los buscaría para recibir un nuevo abrazo, otro beso de buenos días, escuchar una nueva vez ese «bella» o sentir que la vida se ilumina con sus sonrisas. Me han devuelto la fe en la humanidad, la fe de que puede haber gente buena, generosa con sus sentimientos, gente con alma aunque el corazón esté encallecido por haber contemplado la cara más dura y dolorosa de la vida, gente que acepta las limitaciones, los errores de los demás sin juzgar, gente que perdona las críticas, por mucho que duelan, las olvida y siga adelante porque confían y creen en lo que hacen Esos son mis polis, los amores de mi vida"
                                                                           
                                                                                                  (Fragmento de "La ilusión viste uniforme")


Nota: La foto que acompaña al texto la hice en una de las habitaciones y tiene una anécdota divertida detrás, os la contaré otro día. Mi cuento preferido desde niña es "La Bella durmiente", yo siempre he querido ser la princesa Aurora pero ahora desearía ser el hada Primavera (aunque sea bajita y regordeta) para darles a mis chicos "el escudo de la verdad" que convierta las piedras en pétalos de flores. 😉

sábado, 21 de septiembre de 2019

Kaprichos de mamá


Hoy queremos presentaros la nueva colección otoño/invierno de collares realizados por "kaprichos de mamá".
Están realizados con fieltros, botones, pequeñas piezas de pedrería, lazos. y telas, todo materiales versátiles, coloridos y muy combinables.
Son piezas únicas ya que no están realizadas en serie, sino artesanalmente y sin repetir ningún modelo. Así que si compras uno, te llevas algo exclusivo.
Están pensados para llevar con camisetas básicas y darles color y originalidad. Haz la prueba, por ejemplo, con una camiseta negra y veras que resultado más bonito y llamativo. Te encantaran y con solo el detalle del collar tu vestimenta cambiara completamente.
La próxima vez que vayas por "Más que Cole" échales un vistazo y verás como no te resistes.
Como siempre, os esperamos.














martes, 17 de septiembre de 2019

Día de Romería, día de plegarias





Hoy en nuestra Murcia es día de Romería. Son cientos, miles los huertanos (porque, a mucha honra, todos los murcianos llevamos alma de huertanos) los que acompañan a la Virgen en su regreso a su hogar en el Santuario de la Fuensanta. En ese recorrido hay canciones, risas, amistad y plegarias. Pero este año es diferente. Hay menos risas y muchas más plegarias. Nuestra Murcia ha sido herida en lo más profundo de su corazón, en ese lugar donde habitan sus gentes humildes y sencillas, en nuestro mar, en nuestra huerta, en los hogares de tantos que han visto desaparecer impotente sus pertenencias y sus recuerdos.
Casi todos los años muchas de esas oraciones a la Virgen han implorado por la lluvia, esa misma lluvia que tan solo hace unos días ha sembrado la desolación y la destrucción en nuestra Región.
TODOS de una manera u otra hemos sufrido el azote de esta gota fría. Los más desafortunados perdiendo hogares, cosechas, negocios, vehículos...otros viendo desaparecer nuestras playas, nuestro mar Menor. Hace tan solo unos días mis hijos disfrutaban en una de esas playas, como llevaban haciéndolo desde que eran bebes, y ahora han contemplado que ya no existe la arena donde jugaban al fútbol, ni el mar transparente donde pasaban sus horas de baño. Todo es lodo, todo marrón, el azul de nuestro mar ya no existe.
Nuestra huerta es un barrizal de árboles destrozados y cosechas perdidas. Y lo peor, lo más duro y devastador es ver a los más mayores con sus casas anegadas y destrozadas y los ojos hundidos por el dolor.
Murcia, la gran desconocida, la que muchos ni ubican en el mapa, pero que conquista a quien viene a conocernos mostrando todo su esplendor, belleza, simpatía y calidez está malherida pero no rendida.
No tenemos grandes museos, ni decenas de teatros, ni metro, ni atascos monumentales, no, no somos ni lo más grandes, ni los más importantes pero somos MURCIANOS, así en grande, gente acogedora y generosa orgullosa de lo nuestro.
No tenemos un hablar decente, es cierto, pero lo que decimos lo decimos de corazón, mirando a los ojos y con la cabeza bien alta.
Nuestras Universidades no serán las más nombradas del país pero tenemos una juventud maravillosa que se está volcando en ayudar a la limpieza de los sitios más castigados. Universitarios, scouts, jóvenes que lo han aparcado todo para anteponer las necesidades de los demás a las suyas propias.
Hay ya recogida de alimentos, material escolar y ropa. Sabemos de sobra que daremos todo lo que podamos y más y que de una manera u otra nos uniremos a esos cientos de personas se han ofrecido desde el primer momento para ayudar en lo que sea. Cada uno como puede, como sabe. Limpiando, consolando, repartiendo la ayuda...o rezando.
Cruz Roja, las Unidades del Ejercito desplazadas hasta aquí, Policía Local y Nacional, Bomberos, Paracaidistas, la Academia General del Aire...gracias por vuestra ayuda, sois grandes. Pero grandes son también los que han estado quitando contrarreloj las cañas que arrastraban el río, los conductores de camiones que ayudaban a llegar a los sitios de difícil acceso, los que han ayudado de noche con sus barcas a desalojar gente de sus hogares, las personas que han arriesgado su vida para realizar rescates cuando las riadas y crecidas se llevaban todo a su paso. 
Murcia, la hermosa, la del tardeo, playita, Bando de la Huerta y Entierro de la sardina es ante todo CORAZÓN, corazón que sufre con el que sufre, que ayuda, alienta, es desprendida,  generosa...y fuerte.
Es hora de no rendirse, de levantarse y los que estén mejor ayudar a los más lastimados. Ofrecer el hombro, una mano, o las dos mejor. De demostrar a todos que Murcia es bella por fuera pero más bella aún por dentro. Que somos únicos, especiales y de esa raza en peligro de extinción que ama de verdad y que lo grita en voz alta, sin pudor y con orgullo ¡TE QUIERO MURCIA! y vamos a salir de esta. No nos rendimos y además tenemos la mejor ayuda, estoy segura que este año nuestra amada Virgencita de la Fuensanta ha bajado de su trono engalanado de flores y se ha puesto a caminar con todos los romeros que piden ayuda al cielo.

MURCIA QUE HERMOSA ERES (hoy, sin maquillaje, ni galas, enferma y con mala cara, más que nunca)


PD: Como creo que no es hora de lamentaciones ni reproches (lo dejamos para los despachos) y si de pasar a la acción, retirarnos las lágrimas de la cara y ponernos manos a la obra he recuperado una vieja canción de una película del 87 (Maniqui). La traducción del titulo de esta canción es "Nadie nos detendrá ahora" (Nothing´s gonna stop us now) pues eso...



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miércoles, 1 de mayo de 2019

Dale una parte de tu corazón...



Fue un filosofo el que dijo "a quien te recuerda le debes más que oro, dale una pare de tu corazón o tu recuerdo".
Ese es nuestro sentir desde ayer noche que vivimos la inauguración de nuestro nuevo "Más que Cole" rodeadas del cariño y el apoyo de clientes, amigos y familiares.
Fue una noche inolvidable gracias a todos vosotros. Más de cien personas que quisieron estar compartiendo este momento tan especial, el inicio de una nueva andadura a la que nos enfrentamos llena de ilusión y proyectos nuevos.
Fuisteis todos maravillosos e hicisteis que todos nuestros temores ante la nueva aventura se esfumaran al sentirnos queridas, arropadas y seguras de contar con el apoyo de todos los que allí estuvieron presentes y los que no pudieron estar pero mandaron también toda su fuerza.
La tienda y la calle se lleno de risas y abrazos para alentarnos y animarnos a seguir con ese espíritu "tan familiar" que reina siempre en nuestra tienda. En "Más que Cole" todos somos una gran familia donde compartimos nuestras preocupaciones y nos alegramos de corazón con las buenas noticias.
Ayer nos recordasteis que nos apreciáis, que deseáis lo mejor para nuestra pequeña gran tienda y que sois un@s incondicionales. Parasteis el reloj un ratito para estar con nosotras y hacernos sentir especiales. 
Por ello GRACIAS. Gracias por recordar lo importante que este salto es para nosotras. Os llevasteis a casa no solo una pequeña maceta sino un trozo grande de nuestro corazón.
Como siempre, y más que nunca, ¡OS ESPERAMOS EN MÁS QUE COLE!


























jueves, 25 de abril de 2019

¡Nos trasladamos!


Como en todas las facetas de la vida se nos va presentando cambios que , estamos convencidas,  siempre serán beneficiosos y positivos. Unos son buscados, otros vienen solos y, de una manera u otra, hacen que nos adaptemos a una nueva situación.
A "Más que cole" le ha llegado ese momento.
Tras veinte años con Juani  instalada en Jorge Guillén , nuestra tienda cambia de ubicación. Pero no os preocupéis, vamos a estar muy cerquita del anterior local, a tan solo 200 metros de distancia.
La dirección exacta es :C/Corregidor Pueyo, Nº2, junto al bar "Leyendas" y "Gran vía", en el lateral de la Consejería de Sanidad.
Realizamos cambio de local. Este es más grande y nos permite incorporar un espacio de Mercería muy demandado en la zona.
Nuestra ilusión y ganas de trabajar siguen siendo nuestra prioridad y están implícitos en nuestra manera de ser. Eso no cambiará nunca.
Nuestro deseo es estar muchos años a vuestra disposición y compartir cada cambio con vosotr@s.
Inauguramos el próximo martes 30 de abril a las 20:30 para abrir de nuevo las puertas de "Más que cole" el próximo 2 de mayo llenas de energías, novedades y mucha ilusión.
Esperamos de corazón que estos días de traslado no hayan supuesto una extorsión para nadie, y si es así, disculpad las molestias.
¡Pasad a conocer el nuevo "Más que cole", os esperamos ansiosas en nuestra nueva tienda¡


martes, 9 de abril de 2019

Cambiemos el mundo




Hace unos días se celebró el Día Mundial de concienciación sobre el Autismo. Se nos pidió que inundáramos las redes sociales con símbolos de infinito que fueran creativos. Que ilumináramos de azul nuestro entorno. Qué nos diéramos cuenta que esta enfermedad afecta a muchas personas y que aún hoy, en el siglo XXI, no es aceptada por una sociedad que enumera, como un papagayo, las celebridades que conocemos y que han sido brillantes, incluso geniales, a pesar de padecer este síndrome, pero que sigue dando la espalda y haciéndose la despistada ante la marginación que sufren los autistas.
Much@s sabéis que  en mi vida hay un ser maravilloso, al que quiero con locura y del que me siento muy, pero que muy orgullosa y es autista. Mi sobrino Pablo, mi Pablete.
Hoy sus compañeros del cole se han marchado de viaje de estudios a Madrid. Pablo no se ha ido. Hoy se ha quedado con mis padres, sus abuelos, a los que adora porque no ha podido ir a ese viaje. Hoy mi hermana ha trabajado como una loca, un día más, con el corazón partido porque Pablo no ha podido preparar la maleta con esa mezcla de ilusión y nervios que tienen los niños cuando van a su primer viaje de estudios y se sienten ya muy mayores e independientes porque vuelan un poquito lejos de las alas de papá y mamá. Hoy ella ha pensado, como todos los días, en el futuro de su hijo. En la ayuda que necesita, en que será de él. Porque seamos sinceros, por muchas campañas de concienciación que se hagan estos niños, ante un futuro difícil para cualquier joven, lo tienen muy complicado.
Hoy Pablo ha almorzado con su abuelo en lugar de tomar el bocadillo en un área de servicio camino de la aventura como lo hacen sus compañeros. Y ha jugado a las cartas con su abuela mientras los otros se habrán divertido como locos corriendo de habitación en habitación a la llegada al hotel. Y mientras los demás duermen poco en esa recién estrenada libertad, él dormirá en su cama, aunque es posible que llame a su madre a mitad de la noche porque alguna pesadilla lo asalte, una vez más, e interrumpa ese sueño inocente que debería tener.
Mi Pablete, a sus trece años, ha sufrido ya mucho, demasiado para su corta edad. Sabe lo que es que sus compañeros lo marginen. Sabe lo que es que se rían de él porque va más lento que los demás. Sabe lo que es estar solo en la fila del patio mientras los otros hablan y ríen y le dan la espalda. Sabe lo que es que lo señalen con el dedo, sabe lo que es darse coscorrones contra la pared porque el listillo de la clase se lo pide para reírse de él mientras Pablo piensa que es su amigo y es solo un juego. Y también sabe lo que es quedarse solo jugando a la Play online cuando los amigos de su hermano se dan cuenta que el que tiene los mandos es él y todos se van desconectando uno a uno hasta dejarlo sin nadie con quien jugar.
Sí, él no se ha ido de viaje porque no está preparado para irse solo y porque no tiene amigos. Él se queda sin  ese viaje con el que todo niño sueña.
Y sabéis una cosa, esto me enferma pero no solo por mi sobrino sino por sus compañeros porque se están perdiendo el amor y el cariño de la persona más maravillosa que posiblemente pasará por sus vidas. Y lo siento por esos padres que siguen prefiriendo que sus hijos amplíen conocimientos sacándose el B1, el B2 o el Trinity de turno. Que vayan a Kumon, judo, baloncesto, ballet, conservatorio, futbol y un largo etcétera y sean incapaces de sentarse con ellos para contarles y hacerles entender que los niños como Pablo les pueden aportar una enorme riqueza emocional en sus vidas. Eso no les dará puntos para el futuro y brillante curriculum que algún día tendrán pero les daría, seguro, una grandeza humana que no se enseña en academias sino en casa hablando y dando ejemplo.
¿Sabéis lo que todos se perderán? Se perderán el cariño de un niño que no sabe mentir ni engañar, que ama con total y absoluta sinceridad. Nunca les mentira ni les traicionara y su amistad será inquebrantable. Se perderán cientos de sonrisas, las más bonitas del mundo, cuando está feliz y guiña sus ojitos de absoluta felicidad. Se perderán sus abrazos emocionados cuando algo le hace feliz y está contento. Y sus manos, siempre calentitas y suaves, que buscan las tuyas para sentirse arropado. Se perderán su cara preciosa cuando le abres la puerta de casa porque viene a cenar y eso le encanta. Las tartas de Oreo para celebrar cualquier cosa, porque él, ante todo, quiere gente feliz a su alrededor. Se perderán a un amigo que te consolará el primero y te abrazará porque no puede ver a nadie triste.
Sí, ese es Pablo. Esa personal genial y única que le gusta tomar “miguillas”  (como él llama a las migas) cuando llueve o hace frío. Que se sabe todos los nombres de tiburones que existen y los distingue a la perfección. Que le encanta estar con sus gatitos y cerrar los ojos mientras escucha la música clásica moviendo sus brazos de pura emoción y sentimiento. Que es del Real Madrid pero que se alegra también cuando gana el Betis (porque sabe que es mi equipo) o incluso el Barcelona porque su tío y su primo estarán contentos con la victoria y él es feliz por eso, no le importa los colores. Y reirá de pura felicidad con una comida en un restaurante chino, eso sí, con toda la familia.
Decidme ¿ser cariñoso, alegre, sensible, sincero, noble y buena persona es tener un síndrome que te hace ser objeto de marginación? ¿Tan sobrados estamos de estas virtudes? Yo creo que todo al contrario. Encontrar personas así es un lujo, un privilegio, pero eso sí, para llegar a conseguirlo nos tenemos que despojar primero de prejuicios y egoísmos e ir con la firme intención de cambiar y ser consciente que solo podemos mejorar este mundo si somos capaces de andar siguiendo los dictados de nuestro corazón.
Eduquemos, por favor, a nuestros hijos para que sepan respetar y tender la mano al que más lo necesita y que sobre todo no tengan miedo de querer a quien es diferente porque amar es una aventura maravillosa y siempre enriquecedora.
Un saludo y feliz descanso